jueves, 27 de mayo de 2010

Más Nueva York

Viajar de la horizontalidad y perfección de Washington a la verticalidad y caos de Nueva York es la combinación perfecta para escaparte de todo un fin de semana.

Esta vez tuve el honor de hospedarme en un Brooklyn latino donde el reaggetton suena hasta durante la hora de la siesta, y beber cerveza mala y cara en un club ochentero, pero fresca y gratis en la escalera de incendios del piso de un amigo.

La mañana dominguera fue para los famosos brunch de mi neoyorquina catalana favorita que siempre sabe elegir el lugar perfecto. Esta vez, el marroquí Café Mogador.

Y por fin descubrí el Metropolitan. Sales y quieres volver a entrar. Sólo digo eso.

Pero con lo mejor que me quedo es el viaje de vuelta. Como muchos sabréis, las principales ciudades de la costa este de Estados Unidos están unidas por autobuses de compañías de inmigrantes chinos que unen los barrios tipo Chinatown y que son la alternativa más barata a un caro y poco frecuente tren.

Elegí la coreana MVP (Most Valuable Price). A parte de esperar dos horas, pasar miedo por un inconsciente conductor que se peleó consigo mismo diez minutos buscando el botón para abrir la puerta y quedarnos atrapados en el puente de Delaware por un accidente, sufrí y compartí la mayor vergüenza ajena colectiva de mi vida. (Sólo mis amigos lo saben, pero la vergüenza ajena es como la peor de mis pesadillas). Al señor se le ocurrió poner una película para amenizar el viaje y nos regaló minutos inolvidables y de escándalo de la introducción de la porno "Girls get free". Suerte que no encontró el play.

Al cabo de doce horas de viaje entre esperas y retrasos, por supuesto, dos curiosos pasajeros (un soldado árabe destinado a Irak y un palestino obsesionado con el fútbol español) acabaron siendo mis amigos.

Finalmente, llegué a las dos de la madrugada a mis tranquilas y victorianas calles de Washington, agotada y satisfecha de mi dosis de estrés neoyorquino.



Otros apuntes:

Siempre sorprendida por las pijas.


Los conciertos del metro. Al menos podrían combinar las bambas.




Hot dog en Central Park.




Y todo el día en el Metropolitan.


Además, un fin de semana entero discutiendo sobre qué es Nueva York: ¿la ciudad que nunca duerme, la capital del mundo, todo un mito y una ciudad sucia, inhóspita y sin personalidad?

Os dejo a Woody Allen para que juzguéis vosotros mismos.




"She didn't get into the right pre-school, which means she won't get into a good private school, which means she'll never get into the Ivy League college, she won't get a good job. She's 3 years-old and her life is finished!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario