miércoles, 22 de septiembre de 2010

Los e-mails de mi madre

Hoy miraba la fecha una y otra vez. 22 de septiembre. La veía en el editor de Efe, la leía en las noticias, se repetía en mi cabeza y me preguntaba intrigada qué pasa, algo se me escapa, es un día especial, no me acuerdo... Y entonces he leído el e-mail de mi madre.

Hija, sólo faltan tres meses. Estoy pensando en el menú de Nochebuena.

Efectivamente me queda un trimestre exacto para subir a un vuelo destino El Altet (Elche) y deslumbrarme de nuevo con los colores de casa. Siempre el recuerdo confunde los tonos de tu país durante los primeros instantes que lo pisas, cuando aún te sientes adormecida, como en trance.

Hace dos años ya me pasó cuando dejé el aeropuerto de Dallas y caí de repente en el coche nuevo de mis padres que se habían hecho modernos y escuchaban Shakira. Se peleaban por dominar el Compact Disc mientras yo devoraba el bocadillo de queso con tomate que mi madre me había preparado. Por supuesto, el agua, una servilleta y un plátano estaban en la misma bolsa porque mi madre siempre piensa todo. Estaba en casa.

Mi madre además avanza con la tecnología y me deja siempre a cuadros. En menos de un mes domina el Skype con webcam incluida. Ha aprendido a investigar en Google y me envía ella misma mis noticias antes incluso de que yo compruebe si se han publicado. No para de preguntarme qué es Facebook y sigo sin explicárselo, pero sabe dónde dejé un comentario en una noticia. Yo le digo que no es mío, pero ella sabe que sí. Es como tú hablas, me contradice.

Y ahora me dice que sólo faltan tres meses, como me diría cuando me faltan dos horas para que se me escape un tren o para recordarme que mire la cuenta del banco o para gritarme que "el quemenjar se gela" cuando la comida está en la mesa.

A veces, con tanto e-mail maternal, parece que estoy casi como en casa.

4 comentarios:

  1. me encanta tu madre! es simplemente genial!

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  2. genial tu entrada en el blog... la verdad es que no hay como una madre pesada para volver a los momentos felices de la infancia... me pasa a mí cuando me voy más de dos días por ahí imagínate a ti....
    por cierto, quedan menos de tres meses para que vuelvas y te echamos de menos!!!
    Un abrazo

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  3. Su! Amb la meva mare és exactament igual, es va obrir un compte a Facebook i està més enganxada que jo i l'skype ja el domina com si l'hagués inventat ella. Això sí, quan una mare es posa així, es torna més inaguantable que mai. Déu salvi la ignorànci informàtica dels pares!…

    per cert, ja comencem el compte enrrere. Es fa estrany, oi?

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