sábado, 5 de junio de 2010

Nueva Orleans


Nueva Orleans sorprende por su originalidad y por lo bien que la gente se le puede pasar, a pesar de que su historia liga como hermanas su pasión por el pecado a la maldición.

Caminas por una calle donde los borrachos acarician a los caballos de los policías y los agentes ni se inmutan mientras ven a los mujeres levantarse la camiseta para enseñar los pechos y conseguir un collar, como manda la tradición del carnaval de Mardi Gras. Los cantantes de blues con botas blancas y pantalones lilas, que cumplieron hace años los sesenta, ligan cantando al oído a mujeres solitarias en la barra de un bar. Y los de jazz se rompen los pulmones tocando con humor trompetas que dicen "don't come back, Katrina".

La gente es apasionada, relajada y bebe con facilidad. Una mujer cincuentona con una flor de lis tatuada en su muñeca, el emblema de la ciudad, nos explicó su amor por NOLA (Nueva Orleans) a la que sólo viene a emborracharse desde Los Ángeles y a dejarse llevar por los misterios de la noche en un bar donde puedes quedarte a dormir y cortarte por 10 dólares el pelo los lunes con un chupito como regalo.

Llena de personajes pintorescos que arrastran maletas de historias perdidas, la ciudad es como el malecón al que todo el mundo llega a descansar, olvidarse de sus lamentos y vivir la vida desde cero.

Todos son bienvenidos. Sólo hay que resistir a sus vientos y sus tormentas.

2 comentarios:

  1. ¿Has visto la estatua de Ignatius J. Reilly, de "La conjura de los necios?
    Tienes que hacerte una foto con este héroe!!! :)

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