jueves, 19 de agosto de 2010

Dieciséis palabras

There’s no doubt there are enough seats in play that could cause Republicans to gain control

WASHINGTON — As White House press secretary, Robert Gibbs utters thousands of words in public every week as he promotes and defends President Obama. But it was just 16 words on a talk show last Sunday that consumed the days that followed — and that by week’s end Republicans were gleefully dubbing “Gibbs-gate.”

http://www.nytimes.com/2010/07/18/weekinreview/18baker.html?_r=1

Siempre he admirado tanto como odiado a los guardaespaldas de los políticos. No a los de gafas oscuras, sino a sus portavoces, como en este caso Robert Gibbs, el "vocero" de Barack Obama, como dicen los latinos, que al sugerir lo obvio -demócratas podrían perder-, provocó el pánico - hasta Obama dice que los demócratas son unos perdedores.

No sé quién se los inventó o cuando nacieron en la historia de la sofisticación política, pero imagínate ser uno de ellos. Cada día te ametrallan con preguntas incómodas y mal intencionadas para que contestes con amabilidad y calibre y sin decir nada, aunque diciendo algo para satisfacerlos y que te dejen en paz. El arte de la política. Si en tu cautelosa verborrea se te escapa una idea original, ya tienes mil titulares estampados en contra de tu jefe que cómodamente descansa y habla cuando le sale de los c........ o de los h........

El miedo de los políticos a hablar en directo y que se les escape una respuesta sincera es asombroso. Por ejemplo, ayer. Hillary Clinton sale a anunciar la reanudación de las conversaciones directas entre palestinos e israelíes. Y para preguntas, a mi amigo George Mitchell, que yo tengo una agenda apretada.

No es nada nuevo, lo sé, pero a veces todo me parece tan aburrido y decepcionantes. Pero esperad al siguiente post y os cuento una historia de ruedas de prensa y muerte... Sí, muerte y pistolas. Ahora veréis.

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