sábado, 28 de agosto de 2010

Tea Party, desde abajo

Ayer me planté con trípode y cámara a los pies del memorial a Abraham Lincoln a las nueve de la mañana. Empezaba mi pelea por un hueco para grabar a Sarah Palin y Glenn Beck mientras bloggers del Tea Party aplaudían y rezaban con los brazos en alto haciéndose pasar por periodistas en la zona de prensa.

De vez en cuando alguno me decía "sorry" al toparse con mi mirada maligna que decía claramente: "yo estoy aquí trabajando y tu calva me ocupa todo el plano de la cámara".

Y aunque el vídeo -que me ha costado una insolación- no lo verá nadie, la mañana fue productiva y enriquecedora.

El patio estaba lleno. Chuck Norris fue el primero que se acercó a saludarnos orgulloso entre los gritos de sus acérrimos fanes. No fue el último. Empezaron a desfilar un sin fin de estrellas de la derecha más conservadora, comentaristas de la televisión y de la radio o no sé de dónde, como si se encontraron en la alfombra roja de Hollywood. Cuando preguntaba a mis bloggers que quién era, me contestaban extrañados.

Entre mis bloggers-tea baggers favoritos, estaba una pareja de más de 70 años que llevaban una cámara de fotos digital. La esposa, reluciente con sus pendientes de oro y vestida con un traje verde con hombreras cuadradas que olía a naftalina, se colocaba codo con codo conmigo para que se viese bien a Sarah Palin y Glenn Beck y el monumento de Abraham Lincoln. Él, alto y delgado y con cara de mala leche, grababa mientras ella informaba del hecho histórico como una reportera de CNN. En el pecho del improvisado cámara que cerraba un ojo para encuadrar, lucía un pase de prensa de hombre joven, de unos treinta años de color desgastado y quemado por el sol. No dudé que fuera suyo.
Aunque Victoria, mi Victoria, fue el verdadero tesoro de la mañana. Nada más llegar la capté, pero me daba miedo acercarme a ella. Era una mujer de rubio platino y piel muy blanca con los mofletes enrojecidos por el sol. Iba divina con un lazo con la bandera americana, un pin de "I love Glenn Beck". Gritaba como una posesa cada vez que salía su ídolo o cada vez que alguien mencionaba su otro ídolo, Dios.

Más de uno se acercó a ella y contestaba encantada. Se había colocado perfecta, con el monumento Washington y el Congreso al fondo. Y su voz... ¡Qué voz! Un hilo de tonos agudos y chirriantes que me hizo dudar de si era una verdadera tea bagger o una actriz para engañar a los medios.

Y cuando la entrevisté aún dudé más. Copio y pego sus declaraciones.

"Vine porque quería rezar por mi país. Nuestro país está en el camino hacia una tiranía y el comunismo. Necesitamos volver a la manera en la que nuestros padres fundadores lo crearon, que es rezando a Dios y siguiendo los diez mandamientos, la libertad y libertad económico. No queremos una dictadura y el presidente Obama está intentando hacer una dictadura con nuestro país. Nuestros líderes están corruptos. Hay que reemplazarlos con gente de honor, que no mienten y que pagan sus impuestos".

Sus ideas, sin embargo, no me asustaron. Lo que más me asombró fue cómo lo decía. Al final de cada frase se quedaba parada y lanzaba otra consigna, otra frase que era obvio de quién la había escuchado. No razonaba, repetía, repetía, repetía, repetía. No pensaba, vomitaba y vomitaba.

Y esto solo es lo que había abajo del escenario. Arriba se escenificó lo más cercano a un fascismo sofisticado y bien maquillado que he visto en directo.

De vuelta a la oficina con un compañero, no paramos de pensar, de explicarnos de dónde llega esto y preguntarnos sobre el peligroso potencial de esta plataforma cada vez mejor organizada, aunque todavía sin arraigo general, que unos llaman Tea Party.

3 comentarios:

  1. Dan mucho, pero que mucho miedo. Esta gente lamentablemente siempre ha estado ahí, pero surgen con más fuerza en las crisis, sean del tipo que sean. Lo que esta gentuza ni se imagina es que son la misma escoria que el Stalin o el Bin Laden que tanto critican. Hay gente que opina que sería mejor hacerles el vacío mediático y no informar de sus actos pseudo-fascistas, ¿qué opinas tú? ¿les sacamos en el informativo o no?
    (Te sigo, ya desde nuestra querida Gurteland)

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  2. Ay, nuestra querida Gurteland.

    Vacío informativo, no, pero sí que es cierto que han tenido mucha propaganda gratis desde que salieron y, de hecho, gracias a eso consiguieron llenar Washington. Sus primeros mitin eran de 3.000 gatos comparado con lo de ayer, que serían 70.000. Aún así hubo más gente en la manifestación sobre inmigración en Washington.

    Pero vamos, hay un poder más fuerte en contra de este movimiento: la naturaleza. La mitad se morirán en 20 años. Es un movimiento muy generacional. Pero sí, depende de cuánto dure la crisis, darán más guerra.

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  3. Me ha encantado la historia de los viejitos que se grababan. Me gusta que, entre tanta sinrazón, te fijaras en un momento entrañable.
    Lo demás, totalmente de acuerdo. Sólo me faltó verlo. Así que yo sí veré el vídeo que te costó una insolación ;)

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